Quantcast
Channel: Galpón Chang de jóvenes poetas
Viewing all articles
Browse latest Browse all 341

Cuatro poemas de Tatuajes criminales rusos

$
0
0


Por Fedosy Santaella




Konstantín Lémeshev,

ex convicto de la colonia de trabajo número 40 en Kungur, Perm. De allí se fugó una madrugada. Fue su quinta y última prisión, y también su quinta y última proeza de escapista. Lo encontraron muerto a los pocos meses en una esquina de Moscú. Comenzaba el invierno. Sobre el balazo de la frente y sobre la barba copiosa, la escarcha de la nieve se asentaba con la serenidad con que la vida se va adueñando de la muerte. En su brazo derecho, el dibujo de una mariposa, orgullo de sus fugas. Lémeshev nunca aceptó el tiempo que le tocó vivir. En el otro brazo, una frase: «Los maldigo, comunistas, por mi juventud desperdiciada.» Murió joven, sí, porfió hasta el final, sí.



Estrellas en las rodillas

Yo vengo de mí, de esa larga condena.
Nada tengo que jurar porque nada tengo que perder.

Quien jura es débil y se teme a sí mismo.

Pero yo vengo de mí, de esa larga condena,
y no rezo en capillas ni en catedrales.
No rezo, o por lo menos no así, empujando
desde abajo las nalgas del obispo.

Dios es un par de nalgas, siempre lo he dicho.

Yo vengo de mí, de esa larga codena,
y no me tumbo ni disparo
a la orden del sargento.

No, camarada, yo no espero
largas horas por un par de chuletas
y una botella de vodka barato.
Siglos atrás mis manos y mi sonrisa
le torcieron al hambre su largo cuello.

Yo vengo de mí, de esa larga condena,
y no le abro la puerta al comisario del partido,
ni me arrastro lamiendo el piso
mientras él hurga mis entrañas
y mis pantalones cagados.

Yo vengo de mí, y porque vengo de mí,
sépalo de una vez por todas,
no me arrodillo,

ante nada, ante nadie.





Alexei Morozov,

recluso de la colonia de trabajo forzado de Omsk, Siberia, portaba en su pecho una frase de Pessoa acompañada de su rostro aguileño oculto entre los característicos anteojos huidizos, el bigote timorato y el sombrero de ala ancha. Solía decir que los poetas alcanzaban con su escritura algún lugar oscuro que correspondía al mismo lugar oscuro de todos y cada uno de los hombres. Solía decir que debíamos agradecerles sus palabras de horizonte, de luz, de ajuste de brillos. No sabemos si sólo había leído a Pessoa. O sólo un libro, o sólo esa frase. Tampoco podría asegurarse que hubiera comenzado a vivir en paz con él mismo después de tatuársela. Ha de decirse, sin embargo, que sus sueños dejaron de atormentarlo, que no volvió a temerle al vértigo de sus vuelos sobre el mar (él, que nunca conoció el mar) y a las caídas sin fondo desde altísimas cúpulas. Se dice que, mientras agonizaba por causa de la fiebre hemorrágica, repetía la frase, la plegaria, una y otra vez, al tiempo que acariciaba, en su pecho, el rostro del poeta.

«He sentido en sueños mi propia libertad».
Esa era la frase.


Mariposa

Soy de la casta
de los que sienten el tiempo
como una crecida de río
que arde en la piel
y en la vida.

Soy de los que no pueden
estarse en ningún lugar.

De los que se van más temprano que tarde,
de los que saben que se irán
más temprano que tarde.

Soy un temblor,
un temblor suspendido
sobre el agua quieta de la luz,

un asombro que aletea
hacia la ventana

y deja atrás el encierro.



De Tatuajes criminales rusos (Oscar Todtmann editores, 2018)


Viewing all articles
Browse latest Browse all 341

Trending Articles


Girasoles para colorear


Tagalog Quotes About Crush – Tagalog Love Quotes


OFW quotes : Pinoy Tagalog Quotes


Long Distance Relationship Tagalog Love Quotes


5 Tagalog Relationship Rules


Re:Mutton Pies (lleechef)