David R. Argüello
X
creo recordar cuando me infecté
nadie me aviso
ninguna prueba
ningún examen
ya no escucho derramarse
mi vida
sin llorarla
perdí la fe en la mañana
no es un sueño
me dicen
no escupas el lamento
me dicen
pero
¿que van a saber ellos
si siguen caminando
pagando rebeldía
con sarcasmo?
por eso solo comen ratas
y yo me los como a ellos
que decepción me llevé
al atrapar los pájaros
y entender
que de sus alas no sale sangre
sin importar cuán duro
se las muerda
ese es el murmullo
de estar solo
de no vaciarte el ojo
con un beso
¿donde me heriste?
¿en el cuello?
la fiebre no padece
hoy no salgo
de esta tumba que me aprieta
aunque
acuéstate conmigo a esperar
que las flores cubran mi veneno.
V
El despertar es tenue en la oscuridad absoluta
que como mamá
abraza todo mi alrededor
llenándome
aplacando
y despertando mis profundos miedos
¡Abrázame mamá!
¡Abrázame oscuridad!
que fuera de mi diminuto recinto
se escucha la caída de la tierra
y del mundo
que me sepulta
Segundo a segundo
preciso como el latir
de mi dolor
tocan mi puerta
granos de tierra
hasta que la sorda muerte
detenga mi pulso
¿Caminarán todos sobre mí?
¿Se detendrán a presentar sus respetos?
¿Sospechará alguno la terrible verdad
de que no sólo mi cuerpo
sino mi viva alma
está aquí aprisionada?
Los recuerdos me derraman
calientes dan génesis a ampollas
que supuran recuerdos
de lo que algunos llaman
familia
Esa familia
que a mi más simple desfallecimiento
me confinó a esta caja
a esta negra caja
a esta oscura caja
De nada serviría gritar
pues si me escuchan
me sacarán
Ahora solo queda oscuridad
solo queda esperar
¡Abrázame mamá!
¡Abrázame oscuridad!