Por Oriette D'Angelo
Disculpe, señor, si le hablo de esto
es que hoy amanecí angustiada
ajustando versos
sacando de aquí para poner allá
contando mis estrías una a una
para su entretenimiento
Disculpe si le hablo
ya sé que no debo molestar
con tanto reclamo sinsentido
perdone toda la deshonra
este ataque a su moral a sus buenas costumbres
no supe entender a dónde iban sus manos
su tiempo
su lengua suelta
Disculpe, entonces
si le ofendo
de todo hago un ritual
un grito un sacrilegio
no reconozco no
su necesidad primitiva de lamer gargantas
sé que esto no le interesa
porque yo no le intereso
solo quiere probar este cuello carnoso
y estas piernas
convertidas en hashtag de Twitter
Disculpe,
si le hablo
de esto
qué exagerada soy por quejarme de los lobos
qué bruja qué intensa
claro ¿cómo no van a ofenderme?
claro ¿cómo no van a insultarme?
claro es que esto siempre pasa ha pasado pasará
¿para qué quejarme ahora?
Disculpe,
ya no quiero soportar la herida
y usted se sale con la suya
sigue su vida diciendo que nos odia
sigue su vida tocando lacerando
sacudiendo mi garganta
apretando las manos
escupiendo
y yo sigo aguantando
prendiendo inciensos plantando acebos dosificando el llanto
Disculpe, señor, si le ofendo.
Disculpe, señor.
Disculpe.