María Isabel Martín Hidalgo
—Hay que silbar a los perros
para que nuestra sombra
esté lista al momento de amar
Carmen Verde Arocha
[Se muere de soledad antes]
He sido perro abandonado
sin mano torcida que toque espaldas y cuentagotas
que alimenten
la sed es agua caliente para mis uñas rotas,
hay un charco hondo-espeso que me tumba
no sé salir a la luz
no tengo bozal, respiro loca y
se me salen los ojos del pecho.
He sido perro abandonado
mis techos se abren y entran gatos
qué miedo los gatos, y los niños
y las mujeres sedosas de bocas rojas
ojalá el sueño que me despierte en la noche
sea tocarles las rodillas
pero no tengo pulgares
apenas sostengo el sudor en mi lengua
y no cae nada.
He sido perro abandonado
y lloro como los loros
imito a mi padre y se me abren las pestañas
como a la tía de mi tía
que tiene un nombre torcido
yo solo tengo bordes carnosos
y un supurar que huele
a la búsqueda de las cosas soñadas.
He sido perro abandonado
porque perdí amores
asomada en algún balcón sin brisa
se desdibujó el cuerpo de alguien
y no he vuelto a correr
hay una deficiencia ventricular ahora
mi corazón espumoso pide clemencia
apenas un beso
apenas un amuleto para mañana.
[La enfermedad del perro es acariciar la bruma]